Cómo romper con tu miedo al fracaso es un tema que se repite en mi experiencia apoyando a personas que quieren hacer cambios en sus vidas.
Yo misma me he visto haciendo un “pulso” con mi miedo al fracaso. Este miedo viene desde mucho antes, cuando te diste cuenta que para ser aceptada, amada, reconocida era necesario no fallar. Te imaginas! Bueno, yo si lo imagino. Me metí en la cabeza que debía hacer las cosas “bien hechas y a la primera” para que me felicitaran. Mi atención estaba en el afuera y mi interior expectante.
Poco a poco, vas aprendiendo formas para solventar ese miedo a fallar, ya sea negándote a hacer las cosas, llegando tarde a tus citas o mordiéndote las uñas ante la expectativa de que algo no salga como esperas.
Si alguna de estas sensaciones te hace sentir conexión. Estas lista para continuar!
Vamos a desmenuzar este miedo en particular y definir ese mapa infalible para romper con tu miedo a fracasar.
¿Qué es el fracaso?
Primero que todo, el fracaso es un suceso, un momento. No eres tú o la persona involucrada en el evento en cuestión. Esto lo aclaro desde ahora, porque muchas veces etiquetamos a la persona como “fracasada” y con este juicio negamos toda posibilidad de cambio, aprendizaje o transformación.
Además, en el fracaso hay una ruptura. Y que lo diga yo cuando el otro día me caí y rompí mi pantalón. Con ruptura, me refiero a un quiebre abrupto del plan que se llevaba, de la expectativa que se tenía. Es allí donde duele en gran medida el fracaso, pues se pierde la visión y se entra en un momento de caos mientras se organiza nuevamente las acciones.
Tipos de fracaso a los que nos enfrentamos hoy día:
Tipos de fracasos hay tantos como acciones tomemos en un día!
Sin embargo, por el tipo de vida que llevamos actualmente, donde se espera de nosotros un resultado y estamos tan enfocados en darlo y así lograr el “ansiado éxito”, saltan “etiquetas” acerca de ciertos “tipos de fracasos”, que me he dado la libertad de citar algunos para que puedas identificar cuál es tu postura ante situaciones de tu vida cotidiana que esperas sean positivas o exitosas. Y que de esta forma tomes consciencia de tus niveles de exigencia personal.
Fracaso escolar: Cuando no logras dar la talla esperada en tu desempeño académico, llevándote a renunciar a tu meta y salirte entonces de la academia.
Fracaso social: Cuando no encajas en ciertas circunstancias sociales como grupos, entornos o actividades específicas. Esta dificultad para encajar conlleva el aislamiento de la persona y la sensación de no pertenencia.
Fracaso profesional: Puede derivarse de varios escenarios. Por un lado, un despido puede interpretarse como fracaso. También el hecho de no poder ascender en cierta carrera profesional o también que tu proyecto o empresa no logre los objetivos planteados. Este tipo de circunstancias puede verse como un fracaso profesional, produciendo en la persona una sensación de derrota que le dificulte retomar su su camino o reinventarse.
Fracaso amoroso: Uno de los más dolorosos de los citados hoy. El fallo en tu relación de pareja puede dejarte sin tu sentido de vida o de ser. Ante esta ruptura la reinvención de vital, necesaria. Y es algo que podrías construir desde antes.
Fracaso financiero: “Vino sin que nadie lo invitara”. No es cierto! A este hay que llevarle el puso de veras para que lo minimices cuando se presente.
Las etiquetas sociales del fracaso:
Lo que tienen en común estos tipos de fracaso es que te despiertan. Te despiertan hacia el cuestionamiento de lo que tu esperas de ti mismo, te despiertan a tu necesidad de reinventarte de cuestionar lo que socialmente se espera de ti.
Entonces, ¿Qué se ha despertado en ti en este momento?
Lecciones para el manejo emocional de tu miedo al fracaso:
Lección 1: Siempre ante un fracaso surge ese sentido de derrota, donde te ves sin eso que pensabas ya como tuyo. Así que la primera lección en todo esto es que aprendas a perder. No siempre se gana es cierto!
Lección 2: Por otra parte, aparece la frustración es una sensación que para algunas personas resulta muy incómoda. No es fácil tolerar la frustración, sin embargo es vital cuando estás desarrollándote en una nueva habilidad, proyecto etc. Como digo muchas veces, la práctica hace al maestro. La segunda lección en este manejo emocional del fracaso es que aceptes que las cosas no siempre funcionan a la primera y que no pasa nada con que te sientas frustrado por un tiempo mientras descubres una nueva manera de hacer las cosas.
Lección 3: Asomo de duda en ti o tu proyecto. Por supuesto que te van a entrar dudas: “¿seré bueno para esto?”, “¿es este el camino que debo seguir?”. Deja de temerle a la duda y realiza las preguntas necesarias para encontrar nueva información que te acerque a lo que realmente quieres.
Lección 4: Tu autoestima trabájala siempre. Es tan necesario como beber agua a diario. De esta forma podrás manejar las 3 lecciones anteriores y elaborar el mapa que veremos a continuación. Si quieres profundizar tu trabajo en autoestima, ven a leer: ¿Cómo hacer el viaje a tu autoestima?, verás pasos clave allí.
Con estas cuatro lecciones, vamos a armar el mapa sobre ¿Cómo romper con tu miedo al fracaso?:
1. Observa lo ocurrido: Ante un fracaso, mantén tus ojos bien abiertos y observa lo que ha ocurrido, vas a poder prevenir esa situación en el futuro.
2. Deja de lado los juicios: Deja de buscar culpables y toma las riendas de la situación. Lograrás levantarte nuevamente sin pesos extra.
3. Comienza a hacerte preguntas y transfórmate en tu propio investigador: Toma las preguntas que surgen en ti y anótalas. Investiga lo que ha sucedido. Con tus descubrimientos podrás encontrar nuevas alternativas para lograr lo que te has propuesto.
4. Busca ayuda: Te puedes dar cuenta que ha llegado el momento de acompañarte por un profesional que te apoye en esta parte del camino. Este puede ser el momento para capacitarte aún más y conocerte más profundamente o reinventarte por completo y todo ello requiere apoyo y seguimiento. Así que no dudes en dar este paso.
5. Define un nuevo plan: Con tu panorama un poco más claro, retoma tu plan y actualízalo a tu nueva circunstancia. Es la oportunidad que te puedes forjar para llegar a lo que te has propuesto.
6. Desarrolla tu pensamiento crítico: Acostúmbrate a estar revisando tu mapa cotidianamente. Te darás cuenta que muchas veces tenías las pistas que te decían que no ibas por el camino certero. A partir de ahora sabrás cuando detenerte y evaluar los pasos que has andado y minimizar consecuencias negativas.
7. Desarrolla tu creatividad: Es importante que te mantengas flexible ante las situaciones que se presentan en tu vida. Tu creatividad te ayudará a adaptarte mejor, encontrar soluciones e innovar cuando sea necesario.
Finalmente, cuida tus ritmos personales con tus hábitos y rutinas de sueño, alimentación, ejercicio físico y relaciones familiares y sociales. Todos estos factores te permitirán fortalecerte en momentos de desafío y retomar el camino que deseas.
Que el fracaso se convierta en tu oportunidad de aprendizaje es la clave que te ayudará a aplicar los pasos aquí compartidos.
Y tu, ¿en qué quieres convertir tus fracasos?
Cuéntamelo en los comentarios y encontrémonos aquí!
Gracias Moni
Esta visión del fracaso, visto desde estos ángulos me hizo sentir que en cada escenario de la vida, podemos tomar lo de provecho o podemos irnos por el camino de la amargura.
Prefiero irme por el primero siempre.
Gracias por ese paso a paso que das, porque el saber qué hacer ante estas situaciones es mantener el foco.
Un abrazo
Hola Aleja!
Así es, al fin y al cabo somos nosotras las que decidimos qué hacer con esos momentos en que las cosas parecen no funcionar. Tomarlo como una oportunidad de aprendizaje y ser creativas es un camino hacia nuestro crecimiento.
Gracias,
Mónica
En mi mente no existe el fracaso como tal, ya que siempre ha sido caminar caminar (o chingarle como se dice en México), más bien era una oportunidad para obtener experiencia y sabiduría para buscar el si se puede.
“Porque no renunciaban o lo dejabas y ya”, fueron las palabras que me dijo mi hijo cuando le platique lo difícil qué fue terminar mi preparatoria, ? es curioso pero nunca lo pensé, eso no existía en mi mente, ahora más bien me enfrento al MIEDO, de que mi negocio crezca, porque no sé si pueda con eso, con los pedidos envíos etc etc, ahí está el detalle, diría el buen cantinflas
Hola Gregoria:
Como siempre, me encanta leerte y escucharte!
Ya tienes la fórmula: tener en tu mente los pasos de tu camino a seguir. Tu persistencia en tu negocio y en lo que vas logrando con tus manos son un proceso lleno de amor y creatividad donde no cabe renunciar.
El miedo, poco a poco lo vas venciendo a medida que muestras tu producto y lo vendes. Ve un paso a la vez y pronto notarás lo que avanzas.
Un abrazo,
Mónica
Hola Mónica,
Me has hecho recordar muchas situaciones en poco tiempo y, si pongo los aprendizajes en una balanza, creo que salgo ganando. Pero, es cierto de que para mí, una de las claves para ayudar a superar el fracaso y no venirse abajo, es la de hacerse preguntas que construyan y no que destruyan. O sea que te sirvan para aprender, aceptar y avanzar, no para volverte víctima y regodearte en la situación.
Sin este punto, es fácil darse por vencida y genera dudas, indecisiones, o baja autoestima.
Gracias por esta claridad y tantos consejos para hacerle frente al fracaso.
Un saludo enorme.
Hola Cochi:
El hacerse preguntas que te lleven a investigar aún mas, es un paso imperdible en nuestras vidas. Nos permite crecer y madurar la forma en como vemos nuestros eventos no satisfactorios.
Un abrazo,
Mónica
Ufff Mónica, menudo post!.
Yo me he visto retratada en todos los miedos, todos.
Y ciertamente, ante un fracaso, no fracasa la perdona, sino la ruta o la estrategia planeada.
Tener la cabeza fría en esa situación, para mirar las cosas desde ese punto de vista, es lo realmente difícil, al menos para mí.
Y por supuesto fortalecer la autoestima es fundamental, pues te permite ver hasta donde has llegado, que no es poco.
Te felicito por tu post.
Un afectuoso saludo
Hola Adela:
Es verdad, aprender a caminar con tu miedo y no detenerte tiene que ver con conocerte a ti misma y fortalecer en tu recorrido tu autoestima. Con estos elementos en tu equipaje, será mucho mas livianos y divertido el camino de tus proyectos.
Un abrazo,
Mónica
¡Hola Mónica!
Es curioso porque mi miedo al fracaso ha ido cambiando a medida que iba cumpliendo años. Es cierto que hay un momento en la vida en el que fracasar nos parece un sinónimo de no aceptación. Sin embargo, con el paso del tiempo, mi idea inicial cambió por completo. Ahora mismo, y aunque fracasar a nadie le gusta (o eso creo), sí que estoy convencida de que hacerlo es un paso más del aprendizaje.
Y, sobre todo, creo que el fracaso nos humaniza y los puntos que tú tratas en este post son una lección estupenda de ello.
Un abrazo
Hola Amaya!
Es verdad! El fracaso nos humaniza, nos pone pies en tierra y nos permite aprender de qué estamos hechos y cuánto queremos realmente eso que buscamos. Es la oportunidad de retomar el camino con mayor sabiduría y seguridad.
Un abrazo,
Mónica
Nos han vendido que el miedo es lo peor del mundo. Hace mucho que estoy entendiendo que el miedo es un amigo que está ahí para ayudarnos a descubrir cosas nuevas de nosotros.
El miedo al fracaso a veces esta latente en nosotros, sin duda alguna el dejar que este miedo controle es lo peor.
Los fracasos siempre saben traer algún punto de optimismo.
Saludos.
Hola Alexandra:
Hemos creído que el enemigo es nuestro miedo y lo que logramos al final es desconocernos a nosotros mismos. Y si seguimos así, sin saber realmente quienes somos y lo que buscamos, terminaremos en donde no queremos, con quienes no amamos y sin haber descubierto lo mejor de nosotros mismos.
Así que… Aprendamos del miedo! A ver qué mas nos tiene para enseñar.
Un abrazo,
Mónica