De todas las formas de autocuidado, la de tipo emocional puede ser la que mas necesita atención, por ser algo muy abstracto y algo que creemos deberíamos ser capaces de manejar.
Se ha tenido la creencia que no poder controlar las emociones, pasar por etapas de tristeza o amanecer con ansiedad es una debilidad. Es algo de lo que no se habla por no producir temor en los demás o el famoso “qué dirán”.
En por ello que hice una pregunta y me la hice a mi misma: ¿Te sientes realmente preparada para cuidar de ti misma?
Me la hice frente al espejo y comprometiéndome a no mentirme.
Encontrar ese ¡Sí! contundente no siempre es sencillo. Es verdad que ese ¡Sí! puede estar acompañado de temor o culpa, pero si pones atención a lo que sientes en tu interior, si haces silencio del ruido exterior y escuchas en lo profundo de tu ser, descubrirás una emoción vibrante, una energía que dice si, si, si quiero.
Entonces, para facilitar ese compromiso de cuidar verdaderamente de ti y tus emociones, es que te traigo 3 antídotos maravillosos a tomar en cuenta para tu autocuidado emocional. El objetivo es que dejes de postergar lo más importante en tu vida que es a ti, a tu persona en todas las dimensiones que la componen.
Antídoto 1 para el Autocuidado Emocional: Tomar Consciencia.
Es vital estar conscientes de nuestras necesidades, de nuestros ritmos de vida y nuestros tiempos. De la misma forma ser conscientes de nuestras fortalezas, talentos y pasiones. Si no te conoces en profundidad, no sabes realmente con qué cuentas de ti y es allí donde te pierdes y puedes llegar a depender de otros, perdiendo lo maravillosa que eres como persona.
Tomar consciencia no se trata de tener tan solo una lista de lo que te gusta o no. Significa ir más allá! Ver como esa información se conecta en tu interior, qué función tiene en tu vida y cómo aprovecharla al máximo.
Significa dejar de lado los juicios que te has creído por tanto tiempo y mirarte con ojos nuevos, con curiosidad y con asombro.
¡Asombrarte de ti!
Ese es el objetivo esencial de tomar consciencia. Porque surge en tu cerebro una activación hacia la creatividad y es allí donde mejor puedes estar.
Así que aquí te dejo algunos pasos para activar tu toma de consciencia y tomarte tu primer antídoto para activar tu Autocuidado Emocional:
Toma tu cuaderno o diario:
- Haz una lista de sus necesidades
- Establece las prioridades entre ellas
- Define cuánto tiempo aproximado necesitas para satisfacer las primeras tres necesidades
- Coloca en tu calendario los tiempos para enfocarse en ellas. Se realista con esto, pues la verdad mas despacio es mejor. No se trata de terminar, si no de sentir.
Antídoto 2 para el Autocuidado Emocional: Tomar Responsabilidad.
La verdad es que esto del autocuidado emocional nadie puede hacerlo por nosotras. Sin embargo, he visto que se nos va mucho tiempo buscando alguien (Algunos le han llamado Príncipe Azul) o algo que se encargue de nuestro cuidado. Un factor externo que nos asegure que somos buenas personas, que somos dignas de ser amadas y valoradas. Pero la verdad este tema del autocuidado emocional es tan importante, que es hora de tomarlo en nuestras propias manos. Decir ¡Basta! a nuestro impulso por buscar fuera y por esperar lo que no necesitamos, para “enrollarnos las mangas” y comprometernos con nuestro sentido de responsabilidad hacia nuestro ser.
De eso se trata este segundo antídoto y para que te lo tomes conscientemente, toma la lista que hiciste en el paso anterior y con tu cuaderno en mano responde:
- ¿De qué quieres hacerte responsable a partir de ahora?
- ¿Cómo te sientes al respecto?
- ¿Cómo te imaginas lográndolo? Dibújalo para ti.
Antídoto 3 para el Autocuidado Emocional: Tomar Acción.
Pues claro! Estos antídotos no funcionan si no llegas a la acción. Es en nuestras acciones donde realmente vemos que hemos comprendido, que hemos aprendido y que vamos transformando nuestro ser. Mas allá de valorar si estás lista para tomar acción, es iniciar siendo consciente de hacer los ajustes a lo largo del camino.
¡Así que a ponerte en acción por tu autocuidado emocional!
Si ya tienes tu lista, las prioridades, tu disponibilidad de tiempo y te has comprometido contigo visualizando lo que quieres lograr, es hora de definir tus acciones. Completa este cuadro que vienes haciendo en tu cuaderno agregando acciones concretas, sencillas y con posibilidades de ser repetidas y transformadas en hábitos.
Y cuéntame tus reflexiones en los comentarios de este artículo.